jueves, 27 de noviembre de 2014

Presión

En los estudios, solo nosotros mismos sabemos como vamos de tiempo y cuanto llevamos aprendido. La mayoría más o menos controlamos nuestra situación, sabemos lo que nos sabemos y lo que no, sabemos si vamos mal de tiempo e incluso podemos anticipar cuando vamos a suspender. En mi caso, a parte de saberlo yo, mi madre necesita estar informada en todo momento. Si no le cuento al detalle qué he estudiado, el tiempo que he estado estudiando cada cosa, como lo llevo y todas esas cosas que en teoría con que las sepa yo basta, empieza a decir que no estoy estudiando y que intento ocultárselo. Además, me veo sometida a una gran presión, no le gusta que después de comer me siente a ver la televisión ni que me distraiga con el móvil, y lo peor es que estudie lo que estudie, para ella nunca es suficiente, incluso estudiando cinco horas o más al día como segundo de bachillerato me obliga a hacer. Esa presión constante desmotiva un montón, no te permite hacer las cosas por tu cuenta y voluntad, sino que te condiciona y te llega a hacer sentir mal, porque no siempre apetece estar encerrado cinco horas o más estudiando, sino que a veces con estar tres es más que suficiente, y ya no solo porque no apetezca, sino porque consideras que ya no es necesario que sigas porque tienes bien todas las asignaturas y ya has hecho todo lo que tenías que hacer. La presión no es buena...

No hay comentarios:

Publicar un comentario