Un día sientes que estás en una nube, que vuelas lejos del alcance de indeseables y estúpidos que no hacen más que amargarte tu existencia. Ahí arriba, lejos de esta gente, te sientes rodeado de pájaros que, como tú, tuvieron que echar a volar porque no encontraban su sitio a ras de suelo. Ahí en el cielo encuentras el que parece tu sitio en una pequeña bandada con otros pájaros que en tierra no eran aceptados. La bandada de consolida y se une a cada día que pasa. Un día cualquiera se integra otro pájaro en la bandada que a todos les cae en gracia, en especial a uno de los pájaros del sexo contrario que se ve atraído. Pronto empiezan a irse por separado cuando les apetece, hasta que anuncian que son pareja. La bandada en un primero momento no se lo toma bien y, como hay opiniones diversas, se va dividiendo en dos, a pesar de que poco tiempo atrás parecía inseparable. Tú entiendes a las dos partes y al principio no decides irte con ninguna de las partes de la bandada en concreto, sino que te turnas, quedándote en medio. sin embargo, pronto descubres que la parte de la bandada en la que ha quedado la irritante pájaros no te trata como solía, sino de una forma un poco extraña, por lo que acabas decidiendo irte con la parte de la bandada que es más de tu estilo. sin embargo, no acabas de sentirte cómoda y ves pasar felices bandadas a tus lados, sin decidir si debes marcharte y probar a buscar nuevas compañías o quedarte aguantando un poco más. Decides entonces dar un poco más de tiempo a tus amigos, pero cuando te das cuenta de que las cosas no van bien y de que tu ahí sobras... es demasiado tarde y ya no pasan bandadas por tu lado con las que poderte marchar.
Moraleja: no seas indeciso, aprovecha las oportunidades que te vengan porque en esta vida buenas oportunidades hay pocas
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