*Correo enviado por una amiga que prefiere seguir en el anonimato*
Estoy de tíos hasta las narices. Concretamente estoy hasta las narices de un tío. Se nota que le gusto, aunque él no lo reconoce directamente, pero parece que no quiera entenderme. Supuestamente él lo hace de broma, pero las bromas y, sobre todo, mi paciencia (que yo creía infinita) tienen un límite. Y cada día que pasa, él lo rebasa antes. Es como si no le importase lo que le digo, él se ha marcado el objetivo de tenerme y parece que no tiene intención de desistir, a pesar de la cantidad de veces diarias que le digo que me deje en paz. Es lo peor de que esté en mi clase. Esta situación lleva repitiéndose más de tres semanas, aunque no es solo conmigo. Una amiga mía también tiene que sufrirle, aunque hasta ella reconoce que lo que ella no tiene ni la mitad de problema que tengo yo. Y encima, cuando ve que me pico, se pone en plan machista, cosa que sinceramente me revienta bastante. El otro día, entre clase y clase, me molestó bastante. Lo peor de todo fue que cuando le dije que "me estaba tocando lo que no tengo", él me dijo todo serio "calla y vete a fregar". Mis ganas de darle un puñetazo en ese momento sobrepasaron límites insospechados, y eso que jamás he sido una chica violenta, pero es que de verdad, no le soporto. Tuvo la gran suerte de que justo entró la profesora de matemáticas en clase, sino aún hoy tendría el ojo morado. No se cuanto tiempo más podré contenerme. Yo lo único que quiero que entienda es que "no" significa "no", y que se le meta en la cabeza que yo necesito que me deje en paz, porque enserio, se está poniendo en plan acosador y el rumbo que está tomando esto no me gusta nada.
*Fin del correo*
Ahora va mi opinión personal:
Hay mucho chaval desesperado por la vida (también hay chavalas desesperadas, no voy a negar lo evidente), pero cuando se pasan de pesados, de bromistas o de "ronis" como se les llama ahora, son inaguantables. Todos tenemos que entender que por mucho que nos guste una persona, por "acosarla" no vamosa conseguir que salga con nosotros/as, sino que lo único que lograremos será molestarla y alejarla poco a poco de nosotros, porque nuestra presencia se les hará insoportable, y más como es el caso de compañeros de clase o de trabajo, a los que tenemos que ver todos los días de la semana, varias horas seguidas y de forma inevitable.
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