Llevaba mucho tiempo sin escribir, pero me ha dado un bajón y lo necesitaba. Simplemente me pasa que estoy hasta las narices de todo. De mis compañeros, de mis inseguridades y de la combinación explosiva que hacen estos dos cuando se juntan. Porque es entonces cuando se me ordena hacer cosas que no tengo intención de hacer. También da la impresión de que sean ellas las únicas que hacen algo en los trabajos grupales, cuando no es así. Eso es lo que quieren hacerme pensar. Pero no me lo creo. No me lo creo porque yo se lo que trabajo, al igual que se que lo único que hago es matarme a trabajar, pero ya no solo en los proyectos de clase, sino en mi trabajo. Por ello, no puedo quedarme mucho tiempo después de las clases para hacer proyectos. Pero esto no entra en las duras molleras de la gente. Parece que cada uno se centra en sus problemas, pero cuando tu te centras en los tuyos te conviertes en el malo de la película. Y como soy la persona más insegura del mundo, no soy capaz de rebatir las injusticias. Es como que me gusta que me pisen, porque me dejo pisar. Pero ya estoy cansada de vivir así. Muy cansada. El gato va a sacar las uñas, y que nadie se queje, porque araña.